8 de febrero 2025. Primer día de trabajo de campo
Nos levantamos a las 6.30 hora local, desayunamos copiosamente y nos vamos a trabajar.
Paula y Nacho tienen todo perfectamente organizado y los chavales responden de maravilla. Mas de 500 cabras y ovejas y unos 50 cebues desparasitados en la primera mañana, está más que bien. Francis nos tiene organizado el trabajo y las visitas que realizaremos. La gente local sabe qué días y a qué horas iremos por cada zona y traen sus animales a un punto de encuentro. Desparasitamos con ivermectina a todos, tomamos heces de 5 adultos y 5 jóvenes en cada parada para hacer coprológicos y sangramos 5 cabras para hacer estudios serológicos en España. Cuesta poco tiempo organizarnos y la verdad que resulta un trabajo bastante eficiente. Paula es muy buena team leader y ha traído un equipo estupendo!!
Mi trabajo consiste básicamente
en intentar extraer información de interés para configurar la encuesta epidemiológica.
He de decir que me está costando más de lo previsible. Tengo a Francis de
traductor, pero claro, no acaba de entender lo que busco y en la intermediación
se pierde información. Disfruto especialmente en la segunda granja, donde el
capataz habla inglés y me instruye con detalle sobre el manejo productivo y
sanitario de la explotación.
La mayor parte de las granjas que
visitamos tienen construcciones de madera elevadas sobre el suelo metro y medio
o dos metros. Las tablas que constituyen la pared y el suelo permiten la
ventilación y que las heces caigan a la parta baja, conformando el compost que
usarán para abonar los campos. Además de prácticas son estéticamente
atractivas.
Me sorprende la buena condición
corporal y sanitaria que muestran las cabras. Estamos en época de lluvias con
comida abundante, pero con la humedad, también abundan los parásitos, sin
embargo, estos animales no lo manifiestan. Parece que los haemonchus, los
parásitos hematófagos más dañinos, no deben abundar en esta zona. Al menos, en
los coprológicos previos encontraron fundamentalmente estróngilos y coccidios. En toda la mañana
no vemos graves patologías, más allá de patas fracturadas y lesiones cutáneas.
Nos toca entablillar una pata y curar unas heridas.
Hace un calor húmedo, difícil de
aguantar, pero la actividad física deja poco tiempo para la reflexión. Entre
parada y parada, tenemos la oportunidad de ver el país por el que nos movemos.
Temporada de lluvias, la vegetación es abundante. El cultivo predominante es el
maíz y el paisaje se tapiza con árboles de mango y aguacates. En la zona en la
que nos movemos hay mucha población trabajando el campo, andando por los
caminos, comprando en las poblaciones… Los pueblos son los típicos africanos
con casas de adobe con techado de palma. Las cabras abundan por doquier.
Acabamos el trabajo desparasitando
las cabras de la misión, que las tienen en unas instalaciones muy similares a
las de la población local pero estéticamente bien cuidadas. Las cabras son Boer
de pedigrí y las usan para distribuir genética entra la población. La gestión
sanitaria y productiva de la misión es excelente y los seminaristas que se
hacen cargo de la cabras saben bien de lo que hablan.
Nos duchamos, comemos y la tarde
la dedican los chicos a organizar todo el material que hemos traído y a
preparar lo necesario para las siguientes campañas y yo a tratar de transcribir
la información recogida durante el día a una tabla Excel… ardua tarea!!
La cena se realiza en comunidad,
en el comedor de la misión. Allí, antes de cenar se hacen las presentaciones.
Cada uno se presenta brevemente y explica la razón de su estancia en la misión.
Hay seis seminaristas en formación, dos chicas americanas que vienen a realizar
una estancia, nosotros y el padre Fernando que coordina este proyecto.
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